La verdad es que en la vida podría haberme imaginado que iba a vivir en un estado de alarma por una emergencia sanitaria. Seguro que tú, querido lector del blog de Araceli, también piensas lo mismo. Pero lo cierto es que, en materia laboral, para mí este dichoso coronavirus no va a suponer mucha diferencia. Porque yo hace cuatro años que teletrabajo, igual que harán muchos a partir del lunes. Y puedo decirte que funciona si sigues unas cuantas pautas.
A ver. Es totalmente diferente a ir a la oficina. Lo sé porque antes de trabajar en casa fui durante años a una redacción con un montón de compañeros con los que gestionar el trabajo, organizar, comentar, aprender y bromear. Y eso, indudablemente, desde casa es más complicado. Pero, créeme, el teletrabajo no está tan mal.
A veces es hasta divertido. Porque estoy segura de que mis vecinos no saben si trabajo, ni por supuesto en qué. Ni mis clientes se imaginan que mientras tanto puedo poner lavadoras, tenderlas, plantear el almuerzo, o bajar a por pan… O quizá ahora ya sí lo saben 🙄
Al margen de bromas, suelo aplicar a mi rutina diaria unas cuantas «normas», que igual son tontas, pero a mí me ayudan a organizarme, y sobre todo a conectar y a desconectar, que también es importante. Aquí más abajo te las dejo, por si te ayudan.
Teletrabajo: cuatro consejillos
Busca un espacio
Esto es para mí lo principal. Si puedes y tienes, dedica una de las habitaciones de tu casa a ubicar tu espacio de teletrabajo. Un lugar que, a ser posible, solo utilices para trabajar. Y cuya puerta puedas cerrar para tener tranquilidad, privacidad si tienes que hacer alguna llamada y, sobre todo, cuando decidas que tu jornada laboral ha terminado.
Imponte un horario
Una de las mejores cosas del teletrabajo es que puedes gestionar tu tiempo. Pero eso es también un arma de doble filo, porque al tener todos los recursos en casa, corres el riesgo de no poder desconectar. Así que yo te aconsejo que te impongas un horario, si tu empresa no te lo exige ya. Y también que le hagas ver a tu familia/pareja/compañeros de piso/casa que mientras estás ahí dentro estás trabajando.
Vístete
No te rías. Seguro que en estos días vas a tener la tentación de trabajar en pijama. Date el capricho un día por ver lo cómodo que está uno con el portátil delante y las zapatillas puestas, pero yo no te aconsejo que se convierta en una costumbre 🙂
Para mí es muy importante separar con pequeñas cosas los horarios de trabajo y de descanso e, igual que es importante para mí entrar o salir de la «oficina» y cerrar la puerta, lo es también vestirme con ropa de calle y ponerme las gafas.
Desconecta
A mí me gusta hacer actividades fuera de casa cuando termino la jornada laboral: ir al gimnasio, a caminar, a clase, a tomar café por ahí, a hacer la compra… Está claro que en estos días/semanas no va a ser posible hacer todo lo que queramos, pero intenta al menos hacer cosas que no tengan que ver con tu trabajo, como ver series, darle uso a los juegos de mesa que te trajeron los Reyes o un buen adelanto a tu challenge de Goodreads, por ejemplo 😉
Espero que estos cuatro consejillos te ayuden, como me ayudan a mí a tener un ritmo de teletrabajo en casa. Ya me contarás… Y recuerda, si puedes #quédateencasa, es el único modo de no propagar el virus y parar esta locura.